Por Karen Franklin, MISSHA Skin Expert

Para todas las pieles sensibles, menos, es más.
Al hablar de este tema, hay que saber que existe una clasificación para cada tipo de piel que presenta sensibilidad, pero te preguntarás ¿A qué se debe esta condición? Una de las causas principales es que la función protectora de la piel se encuentra alterada, hay personas con mayor predisposición a tenerla que otras y no es algo que suceda en ocasiones, sino que ocurre todo el tiempo y puede ser en menor o mayor intensidad, desatando una diversidad de síntomas. Por lo tanto, es una condición controlable y siempre presente.
Y aunque actualmente hay una gran variedad de tratamientos tópicos con fórmulas especialmente diseñadas para contrarrestar los síntomas, aliviar y calmar la irritación, ayudando a mantener el confort de la piel, hay que considerar si existe alguna condición genética de por medio o sea la respuesta de alguna causa interna o externa para entender el origen. Lo mejor es acudir a un dermatólogo para que realice el diagnóstico y seguir el tratamiento que prescriba. Lo que sí, es que nunca estará de más una alimentación adecuada, equilibrar las horas de sueño, hidratarse, y claro, aprender a gestionar las emociones y el estrés cotidiano para tener un estilo de vida más saludable.
Si es que padeces este tipo de piel, querrás saber todo acerca de ella, cómo tratarla y cuidarla a fondo para sentirte mejor.

De manera general, la piel sensible presenta una función protectora alterada, su capacidad de respuesta ante los estímulos externos como el clima o el sol suele ser insuficiente y por esta razón se enrojece, causando ardor, picazón y resequedad en algunas zonas.
Dentro de la clasificación de piel sensible existe la piel atópica que sufre de un sistema inmune alterado, está desprotegida y da lugar a picazones que causan lesiones por lo fuertes que son. Este tipo de piel debe ser diagnosticada por un dermatólogo para darle el tratamiento adecuado.
¿Qué hacer frente a una piel atópica? 3 cosas básicas: Protegerla, nutrirla y humectarla. Las vaselinas, bálsamos y parafinas son más recomendables porque son las más inertes en la piel, así como los productos emolientes e ingredientes calmantes. Se deben evitar los ingredientes concentrados, alcoholes o aceites esenciales para no agravar los síntomas.
La piel reactiva por otra parte, es un tipo de piel híper sensible que reacciona de sobremanera a los productos cosméticos, tiene muy poca tolerancia y el enrojecimiento es muy evidente, se siente la piel tirante e incómoda. Un dermatólogo es quien debe diagnosticar este tipo de piel al igual que la piel atópica, pero básicamente los tratamientos se enfocan en protegerla y calmarla.
Una rutina facial minimalista es lo ideal para las pieles sensibles y la regla es muy simple en todo caso: Usar solo lo necesario y no romperse la cabeza pensando en muchos productos a la vez que puedan empeorar su condición.
MISSHA BEE POLLEN SKIN TREATMENT
A’PIEU MADECASSOSIDE SHEET MASK
Una mascarilla hipoalergénica de Centella Asiática que humecta, regenera, aporta frescura y alivio para las pieles más sensibles. Su tejido de gasa patentado, elaborado con eucalipto y algodón ayuda a penetrar profundamente en las capas de la piel, protegiéndola del daño causado por los factores externos.
MISSHA AQUA PEPTIDE CUSTOM SKINCARE 77 CREAM
Una crema de rápida absorción que hidrata a profundidad gracias a sus ingredientes naturales como el 77% agua de cactáceas, ácido hialurónico, manteca de Karité y péptidos que reafirman y dan elasticidad al rostro. Una gran ventaja es que puede usarse en el día o en la noche, la consistencia es nada pesada e incluso ayuda a preparar la piel para aplicar el maquillaje.
FUENTES:
Gees, Bárbara (2018). Guía esencial sobre clasificación de pieles, 18 pp.
The Chemist Look (08 de septiembre de 2020). Piel sensible: Síntomas, causas y tratamiento. Recuperado el día 13/06/22 https://thechemistlook.com/blogs/posts/piel-sensible-sintomas-causas-y-tratamiento
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